miércoles, 30 de abril de 2008

I love castor vol. 1

-Tomá- Te grave un ci di con musica que quería hacerte escuchar. Son temas que a mi me llevan a otro lugar. Como a tu cama o a mi cocina. Pero entre nosotros, por más que mis ojos reconozcan tu belleza , no pueden ver, sino sentir que tu interior es más que seductor. Y por mas que me preguntes "qué estás diciendo?", solo puedo decirte que quiero darte lo que ya es mio y que ya curé mis heridas de la última mordida.

martes, 29 de abril de 2008

Un castor vive mejor: Por Cesar Isela Pueyrredon

El mundo mejor del que a menudo hablamos, siempre nos será difícil. Hasta que no desentrañemos que las coincidencias son una oportunidad y las diferencias; posibilidad.
La posibilidad del castor es la misma que el de la nutria, y la posibilidad de ambos es una coincidencia. Pero la diferencia es que el castor no es nutria, y viceversa.
Nuestro "mundo mejor" se desvanece en intereses y lo termina haciendo rentable. Por eso el chancho va a su chiquero y no a un banco.
Pobre del castor, que en éstos días, por no arriesgar su vida, omita su conciencia ante su propia existencia...
Profesores somos todos, aunque lejos de coincidencias, ya es una oportunidad. Así no reconozcamos a un Maestro, hay existencialidad!

miércoles, 23 de abril de 2008

El temita del horizonte...

Tengo 35 y estoy en quinto aprendiendo que el horizonte se puede ver pero no como un final.
Y por más que me lo quiero aprender, no hay quien me lo pueda enseñar.
Ayer a la noche sentí que estaba un poco enfermo cuando me llevé el termómetro a la boca y cuando di lumbre con el encendedor me dí cuenta que estaba por fumar mercurio.
Entonces, prendí un pucho diciendo: "menos mal..."

viernes, 18 de abril de 2008

El Señor es mi Castor

Una cerveza se destapó y empezó a escribir sobre los puntapiés de su propia espuma como queriéndole dar gas a la cosa.

Pero se fue consumiendo en algo que ella nunca pudo decir. Y fue cadáver, como todos saben, al perderse la escénica de su cuerpo, y como todo envase también muere, (porque lo importante es lo de adentro), irá a parar en este mundo en la suerte de reciclaje que le toque..

Pero como quién entierra a sus muertos, vino otra para atestiguar y reconocer su linaje. Su superación yacía en el relato y comprención de lo que le había pasado a su antesesor/a. Consideró que no pasaba por su espuma sino por la frialdad con la que tenía que tomar su vida. Y esto le dió una religiosidad cognitiva. Se fue moldeando hasta darse cuenta que ya tenía un pasado, y su presente la llevó al futuro de una supuesta tercera; como un legado antes de que muera...

Pero la tercera, mas que destapada era enrroscada, llego para desmoronarlo todo y se embriagó en ella. Ësta peca de una exquisita frialdad olvidandose de su pureza y escéncia. La religión no le interesa, más la religiosidad de su propia prescéncia.

miércoles, 16 de abril de 2008

A cara de castor

Quiero contarles que empecé a publicar en este blog las cosas que quiero decir. Y las voy a decir de acuerdo a como las vaya sintiendo.

Mis experiencias son de conciencia y existencia.

Mis palabras son mentales pero mi corazón las hace fundamentales.

Por eso escribo "A cara de castor", para que les sea lícito opinar sobre mi imprudencia.

Preparado para disparar balas sabot 105

Nadie nace para acostumbrarse.

Al nacer no hay pasado, y eso es una gloria.

La presencia da cuenta de nuestra existencia y la conciencia, de una victoria.

El misterio de la vida se va desvaneciendo ante nuestros ojos.

No se nesecita de ningún dios. Creer no es conocer, porque el que conoce no nesecita creer.

No hace falta mirar el cielo para encontrar lo que no vemos.

Porque somos una raza por excelencia, de exploradores inexpertos.

Suceptibles a querer agarrar hasta el aire cuando nacemos.

Y más suceptibles aún al querer racionalizar todo lo que no entendemos.

La contínua presencia de nuestra conciencia en la existencia nos provoca el recuerdo.

Y la vida nunca va a ser opuesto a lo que conocemos.

miércoles, 9 de abril de 2008

Yo tengo un norte.

Santiago del Estero es lo más al norte que conozco y el lugar donde nací. La plaza es un estático recuerdo de lo que ahora veo y viví. La siesta nace como desierto a las trece y cuarenta y cinco cuando los bancos cierran las puertas como todo y cualquier comercio. Y la plaza del centro se fertiliza a las seis de la tarde con repetidos ciudadanos auténticos.
La gente es extraña y cerrada, mucho más los días de semana cuando me ven aqui sentado disfrutando de una Iguana.
Parece mentira que éstas vidas esten libradas al azar sin saber qué hay a la vuelta de la esquina y que éste lugar contradiga como una postal que no tiene perspectiva.
La gente hace lo mismo cada día, dan vueltas a la plaza en busca de lo que ya miran. Y sus ojos no reflejan lo que buscan, sino son carceleros de lo que pueden llegar a encontrar. Las lenguas indomables reflejan la antinómia de sus prácticas. Lo superficial es la base de una supuesta moralidad. Solo que la elevan tanto, que esa superficialidad termina siendo una eterna profundidad.
Difícil es ser uno, y los cámbios son letárgicos; aún para los que quieren cambiar, ya que cambio implica un trabajo, y lo letárgico comodidad.

El contexto de nuestras vidas nos hace esclavos de nuestras vivencias y nuestro sentir.
El mundo es diferente solo en nuestras mentes; mentes que son dictadoras de nuestro sentir. Ya que la realidad de lo que vemos parece estática a nuestors ojos. Como cuando vemos la luna, el cielo o una flor.
Claro que todo cambia, hasta el cielo mismo, pero dar por sentado que el sol siempre va a estar, es lo que nos hace sentir inmortales antes de morir. Solo la mente resiste a la muerte.
Una vez leí que la mente es el gran dictador... y esa dictadura nos lleva a ser déspotas con nosotros mismos. Así nos movemos socialmente; o somos una cosa o somos otra y si no otra; el arriba y abajo o el blanco o el negro ya no son leyes únicas cual pilares para cualquier conciencia. Pertenecer o no pertenecer no involucra acuse de recibo. Ahora la violencia tambien es juez y parte.
Hago un retroseso de mi vida y descubro que el pasado también es cambiante de acuerdo a mi presente; y no hay raíz más profunda en ese ciclo que la de mi propia vivencia.